AMIGOS Estelares - Maria Fernanda Macimiani©
Este es un cuento que habla de la amistad a pesar de las diferencias y las distancias.
Junto a la ilustradora Pilar Ribas Maura armamos una posible diagramación para su edición esperamos editor que confíe en publicarnos.
El cuento invita a descubrir la amistad sin barreras. Ni las diferencias mas grandes pueden cuando hay lazos tan importantes como la amistad. Nos muestra un universo mágico, nos cuenta secretos del cielo y los astros, de la mano de un cuento con fantasía y mucho color. Cuento ideal para el conocimiento del universo y los astros en la escuela, de forma entretenida. Este cuento toca importantes valores sobre la aceptación de las diferencias y la amistad.
Hace mucho tiempo, cuando estaba en cuarto grado, fuimos con la seño al Planetario, para ver el espacio y conocer un poco más el universo. Pero a todos nos llamó la atención una esfera que parecía un caramelo.
-¡Descubrí un planeta! - Grité. Y todos mis compañeros también aseguraban verlo. Sólo la seño, no lo veía, pero Mile, July y todos mis compañeros saltaban sorprendidos al ver el descubrimiento. La señorita creyó que estábamos haciendo una broma.
July tenía un telescopio, como algunos de mis compañeros, así que podrían verlo desde sus casas. Al apuntar al cielo, pude ver de todo, pero ni rastros del caramelo espacial.
Esa noche me fui a dormir desilusionada porque no entendía como no encontraba ese planeta que me atraía tanto. Al día siguiente llamé a mis compañeros y tampoco veían el planeta, no podíamos entenderlo. Buscamos en libros de Astronomía y en Internet pero nada…sobre un planeta como ese. Los días pasaban y más crecía el misterio. Así que pensamos que tal vez fue sólo nuestra imaginación, esa tarde en el Planetario. Pero no nos dimos por vencidos. Decidimos investigar hasta descubrir porqué un planeta podía esconderse de nosotros o de la seño.
Como tantas noches fui a dormir. Mis ojos se cerraron y me sentí muy cómoda, el aire acariciaba mi cara y la oscuridad se transformó en luz. No pude ver más que eso, pero no hacía falta, una voz muy amable me dijo:
- Queremos encontrarlos. Busquen la forma, solo queremos amistad.
Yo respondí:
- También deben buscar la forma ustedes. Nosotros los esperamos.
Y me desperté con el corazón inmenso de emoción, no podía ser sólo un sueño.
Volví a mirar la información que teníamos, las ilustraciones del universo y nada… Era muy tarde, saqué mi telescopio a la ventana y una vez mas no hubo novedades…
Les conté lo que soñé a mis amigos, con miedo a que no me creyeran. Y de a uno fueron contando un sueño parecido al mío.
-¡Se están comunicando con nosotros chicos!!! – dijo July
- Alguien vive en ese planeta y nos busca, tenemos que hacer algo. – aseguré
-Ya sé- dijo Mile – Vamos a tratar de ver el planeta pero todos juntos como en el Planetario, esa fue la única vez que lo vimos. Por separado fue imposible.
Así que corrimos a la casa de July que era la más cercana y llamamos a los chicos que faltaban. Cuando estuvimos todos, lo intentamos. ¡Y lo vimos!!! SI pero esta vez fue mas colorido que antes, mas brillante, con destellos violetas y dorados. Uno a uno fuimos mirando ese astro tan extraño. July quiso que su mamá lo vea porque no entendía tanto alboroto, pero no pudo. Por más que quiso no vio nada. Tampoco el papá, sólo los niños veíamos esa bella bolita tornasolada.
Muuuuy lejos de la tierra, existía un planeta con seres desconocidos, y los más pequeños buscaban conectarse con otro planeta. Tenían un aparato muy grande que se parecía a un telescopio súper potente. Pero era mucho más que eso, porque además de ver lejos, muy lejos, con él podían oír y descifrar idiomas.
Con el aparato descubrieron estrellas, planetas, agujeros negros y cometas…pero no encontraban habitantes amigables, los pocos que encontraban les temían.
Comenzaron a jugar con el aparato, lo giraban a la derecha, a la izquierda, lo subían, lo bajaban, tocaban todos los botones pero, no encontraban nada interesante hasta que: “¡ Uyyyyy! ¿Qué es eso?
Los pequeños extraterrestres, descubrieron con sus ojazos luminosos, un planeta con hermosos tonos de colores verdes, marrones y azules, grandísimo y redondo… El planeta giraba rodeado de una pequeña esferita blanca que la acompañaba. Sintieron una gran energía que los atraía a ese lugar desconocido.
La conexión entre los dos mundos se dio mágicamente. Seguramente porque sentíamos lo mismo. Ellos vinieron a la Tierra sin perder tiempo. Extendieron un arco iris de siete colores radiantes y esponjosos, para transportarse a nuestro encuentro.
¡Qué divertido fue verlos deslizarse por el arco iris! Todos iluminaban el cielo con sus miradas tornasoladas, mientras aterrizaban por el mágico tobogán de colores. Llegaron a distintos lugares de nuestro planeta, algunos al norte, otros al sur, a bosques, a ciudades, a islas y montañas, también fueron a lugares muy fríos o muy cálidos. Los niños los esperaban, así como Mile, July, mis compañeros del cole y yo.
Ellos se sorprendieron en este hermoso planeta con tantos seres amistosos, tantos como siempre habían soñado.
Fue una linda sorpresa saber que chicos de todo el mundo los recibían con la misma alegría que nosotros.
Pero los adultos siguieron sin creernos. Ellos no los veían.
Después del primer encuentro hubo muchos otros. De vez en cuando se aparecían en nuestros sueños para llevarnos a conocer el universo. Nos enseñaban a dibujar con cometas a llama, pintando estelas de luz en el cielo. Lo que mas me gustaba era buscar los agujeros negros y la basura espacial, donde jugábamos a las escondidas.
Los años pasaron, disfrutamos muchos encuentros espaciales entre sueños y realidad, con amigos de aquí y de allá. Fuimos creciendo y nos quedó un luminoso recuerdo de viajes lejanos y un montón de amigos que llenaron de magia nuestras vidas.
Este cuento espera editor que lo publique en un libro, para compartirlo con los niños.
Contactarse a info@leemeuncuento.com.ar
Todos los Derechos Reservados a su autora, no ha sido publicado.
Escuchar el cuentoVoz de Elsa Silvestre Locutora Nacional y amiga de Léeme un cuento