Hace muchos, muchos años, los trenes no iban por la vía. Como no existían las vías, los trenes podían ir por donde querían.
Los maquinistas eran los encargados de manejar las locomotoras que arrastraban a todos los vagones.
Estos expertos maquinistas sabían muy bien cuál era la ruta a seguir y, continuamente, iban y venían por el mismo camino. Siempre igual. Día tras día, durante meses y meses y hasta ¡por años!
Pero un día Dagoberto se aburrió de recorrer tantas veces el mismo camino y se fue con su tren, lleno de pasajeros, a la playa.
Pasaron un día muy lindo y nadie protestó por no haber llegado a destino en el horario correspondiente.
Ya muy tarde, subieron a los vagones para seguir viaje y, como era una noche sin luna, estaba muy oscuro y Dagoberto no pudo encontrar el camino y se perdió.
Cuando salió el sol el tren estaba en la punta de una montaña. El paisaje era tan lindo, que los pasajeros le pidieron a Dagoberto que se detuviese un ratito. Entonces, todos se bajaron a recoger flores y a correr un poco para estirar las piernas.
Y así fue como ese tren llegó a la estación con, ¡quince días de retraso!
Fue por eso que el maquinista Dagoberto se volvió célebre.
Y también fue por eso que los dueños del ferrocarril inventaron las vías: para que nunca más un maquinista aburrido se fuese de paseo o se pudiera perder por el camino.
Desde entonces, todos los trenes del mundo van por la vía.
Cuento de Raquel Barthe
Imágen de Pilar Ribas Maura (especialmente realizada para Leemeuncuento)¡Muchas Gracias!
ARTHE, Raquel Marta. 10 cuentos para la Imaginación / Raquel Marta Barthe, Rosario Ceballos. -- 2a. ed. -- Buenos Aires : Las Autoras, 1985. -- 46 p. ; 22 x 34 cm. -- (Colección Escucho, dibujo y pinto).
9 cuentos y un poema para niños de 4; 5 y 6 años.
Detrás de cada cuento, propuestas y hojas para motivar tareas de expresión plástica.
Ficha de evaluación para el docente.
ISBN 950-43-0357-9
RESUMEN: Nueve cuentos y un poema sobre temas muy diversos, pero que están dentro de los intereses de los niños de la edad a la que está destinado el libro. Todos ellos narrados en forma amena y divertida con un vocabulario rico, aunque sencillo y accesible, que puede ser leído textualmente a partir de los 6 años y leído por el niño desde los 8. Para ser narrados desde los 4 años.
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